La liturgia: el recorrido
Por Javier Puerta
 
Plano del recorrido
 
El Entierro comienza con una cena en el Rancho Chico; se consume Bacalao a la leonesa y por supuesto Orujo. A lo largo de ésta se da lectura a poesías especialmente entrañables de la tradicción genarina y fundamentalmente se da a conocer la Homilía del año que tiene como curiosidad ser de autor consagrado y normalmente leonés, cuya identidad conoce únicamente el Abad de la Cofradía, haciendo juramento expreso de no dar a conocer los nombres a no ser al siguiente Abad.
 
La procesión, como tal, se forma en la plaza de San Martín, precedida por el pendón de la Cofradía, que portan manolas y es una luna llena que toca un cuerno de la basura. Esto es así porque Jueves Santo es luna llena y porque el primer camión de la basura que hubo en León mató a Genaro mientras estaba meando (por eso es un Santo muy milagrero para las enfermedades del riñón). Detrás van los cabezudos que representan a las putas y Genarín; un paso con las ofrendas: orujo, naranjas, queso y una corona mortuoria SÓLO DE LAUREL, alrededor de un barril de orujo; y cierra la procesión una enorme marioneta de la muerte que, vestida con un sudario ensangrentado, bendice al público con un brazo articulado. Los papones procesionan con hachón de cera y banda a toque de Virgen de Resurrección (el clásico).

Al llegar a la calle de la Sal, antigua calle de los treinta pasos, varios cofrades andan los treinta pasos de la calle mientras todos los enumeran a coro.

Llegando a la plaza de la Regla, enfrente de la Catedral, se reza un Credo (por su sitio, que bastante coña tiene). Antes cuando no éramos tantos (se llegaron a arrollidar y rezar el credo más de 2.000 personas) se repartia orujo y pastas de almendra a modo de Eucaristía.

Llegando a la esquina del convento de las carbajalas, por la C/ Canóniga Vieja (Cardenal Landázuri) se lee la poesía que hace referencia a la particular "Magdalena" (puta) de Genarín, la Moncha.

Antes, se salía por una puerta al tercer cubo de la Muralla, hasta que el obispado consiguió del ayuntamiento que la tapiaran, solo para este día, dejando sin el acceso a todo quisque durante todo el año, sin embargo, lo único que consiguieron así fue dar más majestuosidad a la procesión al hacerla salir por el arco de la cárcel.

Una vez en el tercer cubo y depués de hacer pública la Homilía, el Hermano Escalador trepa, a pelo, a lo alto de la muralla, donde deposita las ofrendas.

A partir de aquí, la procesión formada se dirige, como puede, al son de "paso ligero" por Caño Badillo y Castañones a la plaza del Grano, donde al pie de la cruz se leen poesías de otros años. Ya más relajadamente y con las personas que han soportado la marcha desde el cubo, los más acérrimos, se guardan los pasos y se hace el último brindis con orujo o se hace una queimada.

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